Pérez-Reverte y los micromachismos

Estaba paseando por mis redes sociales esta mañana cuando, de repente, me he topado con una noticia de Arturo Pérez-Reverte uno de los grandes misóginos de esta nuestra España.
Mientras leía su nuevo artículo del 17 de julio de 2016 llamado "No era una señora" publicado en el semanario XL Semanal recordé una entrada que leí hace tiempo de nuestras compañeras de Algo pasa en Kamchatka. La entrada se llamaba "Una columna de mierda de Pérez-Reverte comentada por una feminazi" y, copiando el artículo se dedicaba a explicar por qué sus palabras eran machistas.
Debido a que me parece una idea genial me voy a disponer a hacerlo con este artículo de mierda.

Empezamos: 

"Ayer me quedé de pasta de boniato. Estaba a punto de entrar en una librería y coincidí en la puerta con una señora. Al menos, creí que lo era. Como si tu pudieras decidir quien es una señora y quién no Una mujer sobre los cuarenta años, normalmente vestida, quizá con un punto demasiado juvenil para su edad. Como si tu pudieras decidir como tenemos que vestirnos, si es "normal" "juvenil" . Hacemos lo que nos sale del coño Por lo demás, de aspecto agradable. Ni elegante ni ordinaria. Ni guapa ni fea. No me importa para nada y no creo que sea útil para la historia hablar sobre el físico, la manera de vestir o lo que pensaste al verla. Coincidimos en la puerta, como digo, viniendo ella de un lado de la calle y yo de la dirección contraria. Y en el umbral mismo, por reflejo automático, me detuve para cederle el paso. Desde hace casi sesenta años –su trabajo les costó a mis padres, en su momento– eso es algo que hago ante cualquiera: mujer, hombre, niño; incluso ante los que van por el centro de Madrid en calzoncillos y chanclas, torso desnudo y camiseta al hombro, impregnando el aire de aroma veraniego; tan desahogados, ellos y la madre que los parió, como si estuvieran en el paseo marítimo de una playa o vinieran de chapotear en la alberca del pueblo. Bueno, aparte de el desprecio injustificado hacia que la gente vista como le dé la gana me gustaría ver si, realmente le cederías el paso a toda esa gente que dices que lo harías.

Me detuve en el umbral, como digo. Para cederle el paso a la señora, igual que se lo habría cedido al lucero del alba. Incluso a mi peor enemigo. Hasta a un inspector de Hacienda se lo habría cedido. Pero mi error fue considerar señora a la que sólo era presunta No sabía que cuando reivindicas tus derechos, cuando reivindicas ser tratada igual que el resto de personas, pasabas de ser una señora a ser otra cosa a la que no se como nombras, ¿te conviertes en un alien o algo así?; porque al ver que me detenía ante ella, en vez de decir «gracias» o no decir nada y pasar adelante, me miró con una expresión extraña, entre arrogante y agresiva, como si acabara de dirigirle un insulto atroz, y me soltó en la cara: «Eso es machista». Ole tu coño compañera, así se dice. Y si fue una mirada agresiva y arrogante pero arrogante usado con la acepción de valiente. Porque aún tenemos que sacar valor para hacer estas cosas.

Oigan. Tengo sesenta y cuatro tacos de almanaque a la espalda, y entre lo que lees, y lo que viajas, y lo que sea, he visto un poco de todo Arturito, ¿no te parece un poco infantil y fútil escudarte en tu edad para ser un machista asqueroso?; pero esto de la señora, o la individua, en la puerta, no me había ocurrido nunca. En mi vida. Me alegra oír eso, quiere decir que la lucha avanza, algo estamos haciendo bien compañeras Así que háganse cargo del estupor. Calculen el puntazo de que eso le pase a un fulano de mis años y generación, educado, entre otros, por un abuelo que nació en el siglo XIX, y del que aprendí, a temprana edad, cosas como que a las mujeres se las precede cuando bajan por una escalera y se les va detrás cuando la suben, por si les tropiezan los tacones, que cuando es posible se les abre la puerta de los automóviles, que uno se levanta del asiento cuando ellas llegan o se marchan, que se camina a su lado por el lado exterior de las aceras –«Que no digan que la llevas fuera», bromeaba mi padre con una sonrisa– y cosas así. Ya, entiendo, osea que eres machista porque, en estos "sesenta y cuatro tacos de almanaque" no has sido capaz de pensar por ti mismo y sigues todas las enseñanzas que tu abuelo del siglo XIX te enseñó... eso explica muchas cosas. Todes hemos sido educacodes en el heteropatriarcado y... TACHAN no todes somos unes misógines asqueroses. Calculen todo eso, o imagínenlo si su educación familiar dejó de incluirlo en el paquete, y pónganse en mi lugar, parado ante la puerta de la librería, mirando la cara de aquella prójima. ¿Prójima? No se si lo sabéis pero según la RAE esto significa Prójima en una de sus acepciones: "Mujer de poca estimación pública o de conducta dudosa". Arturo, creo que su conducta no era nada dudosa, su conducta es la conducta de una feminista que esta hasta el coño de que se la trate como un objeto, como una discapacitada, como una cría, como alguien que no sabe cuidarse sola.

Habría querido disponer de tiempo, por mi parte, y de paciencia, por la de ella, para decir lo que me hubiera gustado decirle. Algo así como se equivoca usted, señora o lo que sea. Cederle el paso en la puerta, o en cualquier sitio, no es un acto machista en absoluto, como tampoco lo es el hecho de no sentarme nunca en un transporte público, porque al final acabo avergonzándome cuando veo a una embarazada o a alguien de más edad que la mía, de pie y sin asiento que ocupar. Como no lo es ceder el lugar en la cola o el primer taxi disponible a quien viene agobiado y con prisa, o quitarte el sombrero –porque algunos, señora o lo que usted sea, usamos a veces panamá en verano y fieltro en invierno– cuando saludas a alguien, del mismo modo que te lo quitas –que para eso también lo llevas, para quitártelo– cuando entras en una casa o un lugar público. A ver por donde empiezo... Resulta ahora que eres el buen samáritano, ya. Todas esas actitudes que dices tener son geniales y de una educación cívica admirables -también depende de como las ejerzas pero bueno- Querido Arturo. Creo que no es una cortesía abrirle la puerta a nadie ya que, no le estás haciendo ningún favor, a no ser que esta persona tenga las manos ocupadas o algo así en cuyo caso, si que sería muy correcto. Yo le abro la puerta a la gente pero, no les cedo el paso, paso yo y mantengo la puerta, tampoco es cuestión de ir dando portazos en las narices a la gente. Consigues lo mismo que es que la persona acceda al lugar y no tiene porqué pasar antes que tu porqué es algo estúpido Así que entérate, cretina de concurso. Cederte el paso no tiene nada de especial porque es un reflejo instintivo, natural, que a la gente de buena crianza, Buena crianza como si fueramos un jamón, no se que consideras buena crianza pero, por lo que estoy leyendo creo que no tenemos la misma concepción de lo que es bueno y de ésa todavía hay mucha, le surge espontánea ante varones, hembras,¿¡HEMBRAS!? No sabía que ahora las calificabas como a ganado. Vosotros sois varones y nosotros HEMBRAS. Como antónimo de varón podrías usar algo como "dama" o "mujer" pero ¿hembra?si vas a usar hembra en varón pon macho y si no estate quietecito ancianos, niños, e incluso políticos y admiradores de Almodóvar No sabía que los políticos y los admiradores de Almodóvar no entraran en alguno de los anteriores calificativos-pero bueno, ese no es el tema ahora-. Ni siquiera es por ti. Ni siquiera porque seas mujer, que también, Aclarate o si o no sino porque la buena educación, desde decir buenos días a ceder el paso o quitarte la puta gorra de rapero, si la llevas, facilita la vida y crea lazos solidarios entre los desconocidos que la practican. Puta en esa frase esta muy mal utilizado, tendré que lavarte la boca con lejía como diría tu abuelo del siglo XIX. Y no sabía que quitarse la gorra para saludar creaba lazos solidarios, no encuentro la solidaridad por ninguna parte en ese movimiento estúpido e innecesario.

Y, bueno. Me habría gustado decir todo eso de golpe, allí mismo; pero no hubo tiempo. No hubo tiempo porque ver a una mujer empoderada hizo que se te subieran los huevos a la garganta querido amigo porque nos tenéis miedo cuando demostramos que tenemos garras y sabemos luchar por lo que queremos, por lo que nos merecemos. Tampoco sé si lo iba a entender. Claro, seguro que no lo entendería porque tienes un discurso demasiado complejo e intenso para que una fémina pueda comprenderte ¿no es eso? Quizá no te entendería porque es incomprensible que sigáis tratándonos con tanta misoginia Así que permanecí inmóvil, mirándola con una sonrisa que, por supuesto, le resbaló por encima como si llevara un impermeable; porque al ver que me quedaba quieto y sin decir nada, cruzó el umbral con aire de estar gravemente ofendida. «Lo he hecho polvo», debía de pensar. No me atreveré a poner pensamientos en la mente de esa mujer pero, si hubiera sido yo estaría pensando que eres un asqueroso machista y que te tendría que a ver dado una buena patada en los huevos a ver si así nos entendéis Y yo la vi entrar mientras pensaba, a mi vez: No es por ti, boba. Sé de sobra que no lo mereces. Y..... Llegó el machito ofendido que nos ataca diciendo que no nos merecemos sus favores, por feas, por tontas, por gordas... me agotáis, nadie te ha pedido nada. Esta frase es asemejable a la de "¿acaso te lo estaba diciendo a ti?" cuando nos defendemos ante uno de esos "piropos" asquerosos que nos lanzan por las calles Es por mí. Por la idea que algunos procuramos mantener de nosotros mismos. Algo que, mientras te veo entrar en esa librería que de tan poca utilidad parece serte, me hace sonreír con absoluto desprecio. Creo que al que no le han servido para nada los libros es a ti, no se como después de tanto leído y vivido -según tu- puedas seguir siendo tan mísógino, que aún no te hayas parado a pensar por ti mismo a desarrollar un discurso propio"
Pitusa

Comentarios

Entradas populares