Voy poco a poco

Era una adolescente que no sabía apenas qué era el feminismo más allá la definición rápida de igualdad. No veía cómo me agobiaban los cánones, cómo yo misma llamaba "putas" a las chicas que se maquillaban mucho o ligaban, no veía nada. A esa edad me enamoré, y siguiendo el camino que llevan la mayoría de adolescentes, la relación no podía ser más tóxica. Celos, posesividad, discusiones por estupideces. Pasé de ser una chica con carácter, fuerte, con comportamiento de líder, a ser solo "la novia de". Pero, una vez más, no me daba cuenta. Dejé amistades, planeé mi vida en torno a él, me perdí totalmente.

En algún momento eso empezó a ser más problemático de lo que ya es de por sí. Supongo que coincidió con el momento en el que él se dio cuenta de que ya no sentía nada por mí. Habían pasado años. Yo empezaba a estar metida en el feminismo, ya no eramos unos niños de instituto y yo, a pesar de conocer gracias al feminismo las actitudes tóxicas, cerraba los ojos para no ver que yo las sufría.

La relación se basaba en mí visitándole una vez a la semana para cenar, y él utilizándome para tener sexo. Cenábamos, él apenas hablaba, no me miraba mientras yo hablaba, solamente miraba el móvil y no me respondía. Si yo me atrevía a protestar ante su indiferencia, me gritaba que era una exagerada y que respetara que él es así. Sólo notaba que me hacía caso en la cama, y a mí ni siquiera me gustaba el sexo. Lo hacía por complacerle, porque no me dejase, porque sentía que era el único momento en el que yo existía para él, y aunque en mi interior supiese lo tóxico y penoso que era aquello, necesitaba sentir que había algún momento en el que le importase. 

Me dolía. Él me insistía en que era porque yo nunca había aprendido a relajarme, porque tenía unos "putos complejos" que ni siquiera con él apartaba. Yo asentía. Después de tantos años le creía en todo. Si me dolía, sería por eso. 

Sentí más y más aversión por el sexo. No quería hacerlo, y la relación se deterioró. Él estaba más irritado. Si estábamos con amigos, le molestaba que hablase mucho, que le abrazase en público o que hiciese bromas porque "no tienes ni puta gracia". Si estaba hablando y le miraba, era normal encontrarme con una mirada de odio absoluto y un gesto serio, y me callaba al momento. Me daba la mano y me decía al oído "hala, ya" como felicitándome por haber cerrado la boca. Alguna vez se le escapó algún gesto desagradable en público, tirarme algo cerca de la rabia, aunque no me diese, o algún comentario despectivo sobre mi ropa. De esos en los que la gente se calla, en los que el silencio es espeso porque "la parejita feliz" ha dejado ver algo de mierda. De los "tía, que raro se ha puesto, si él no es así, ¿no?". De esos en los que él se da cuenta y pide perdón al segundo, aunque sabes que cuando lo hace en privado nunca se disculpa. 
Cuando no aguantó más, me dijo directamente que quería sexo. Que yo siempre me quejaba de que no era cariñoso, de que me trataba mal, pero luego yo no quería hacer nada.

¿Qué pensaba yo? La chica feminista, la chica fuerte, con carácter, que habla mucho, se ríe, y todo le va bien. Pensaba "Es mi culpa. No puedes ser su novia y no tener sexo con él". Lo forcé. Me forcé a que me gustara, pero era imposible. Me dolía, lloraba después, a veces incluso durante el sexo. La primera vez se asustó, pero las siguientes me dijo que si lloraba iba a ser peor, que me dolería más, que no podía estar con mis tonterías. Ni siquiera yo misma entendía qué me pasaba, sólo pensaba en que debía solucionarlo, debía ser normal y hacer lo que hacen las novias. Solo recordaba un par de ocasiones en la que no me había dolido, al principio demuestra relación, cuando para mí aún no había complejos, no había comportamientos extraños en él y no me sentía abandonada.

Me dejó. Me dio 4 o 5 explicaciones diferentes de por qué a lo largo de un tiempo,y ninguna tenía lógica. Por ahí iba diciendo a la gente que aún me quería, y a veces intentaba algo conmigo, pero cuando le hablaba de nuestros problemas o de por qué me había dejado, se ponía agresivo y me amenazaba con no hablarme lo que, lógicamente, me daba terror.

La última vez que me habló coincidió con la primera vez que consiguió algo con otra chica. Las coñas empezaron. "Por fin tiene a una que le satisfaga", "esta no es tan sosa" y demás lindezas. La propia chica contribuía a ello. 

Hoy en día soy incapaz de tener algo con un chico porque siento pavor. Sé que si empiezo una relación, en algún momento llegará el tema del sexo, y no sé cómo decirle que por alguna razón, nunca lo he disfrutado ni me llama la atención. Que no sé si soy asexual, o que debido a una mala experiencia soy incapaz de disfrutarlo. No soy capaz de mantener la excitación una vez que ha empezado, porque solo siento miedo, inseguridad y dolor. 
Trunco posibles relaciones antes de que empiecen por miedo a que me rechacen cuando se den cuenta de que soy "la rarita que no folla". 

De vez en cuando, me llega de oídas que mi ex sigue hablando de mí, que me odia y que también lo hace su grupo de amigos. Aguanté una relación posesiva, de celos, en la que el único sentimiento pasional que él sentía por mí era el odio cuando no hacía lo que él quería, y aunque estaba informada, aunque nadie esperaba que personas como nosotros mantuviésemos algo así por detrás, no pude escapar, sino que todo se acabó porque él lo quiso, porque decidió seguir creándome traumas en torno al sexo en lugar de intentar ayudarme y cuando no pudo forzarlo más decidió buscarlo en otro sitio.

Algún día no me importará haber pasado toda mi adolescencia así, desde que empecé el instituto hasta que fui una adulta. Algún día podré saber si mi aversión por el sexo viene de esa relación, o es simplemente cómo soy.
Luna Cecé

Comentarios

  1. No puedes hacerte una idea de hasta qué puntos me he sentido identificada con esto. Es triste, es doloroso y lo peor de todo: es una realidad a la que solemos cerrar los ojos. Gracias por compartirlo 💙

    ResponderEliminar
  2. Increíble historia, mil gracias por compartirla, me imagino lo duro que es y lo duro que sigue siendo. Mi consejo? Pide ayuda, hay mucha gente que puede ayudarte. No estás sola Luna, millones de gracias por tu historia

    ResponderEliminar
  3. Lo primero, gracias por abrirte a nosotres, espero que te haya ayudado hacerlo y que te sirva mucho para no verte sola, porque no lo estás :)
    Como ya te ha comentado Lilácea, buscar ayuda es una buena opción. Estoy convencido de que el primer paso es saber diferenciar eso que comentas al final sobre saber de qué viene esa aversión. Sea lo que sea, encontrarás la solución. Seguro.

    Gracias Luna, seguro que todo irá bien.

    ResponderEliminar
  4. Soy Luna. Muchísimas gracias por publicar mi historia. Ha sido toda una liberación escribirlo, poner en orden mi propia mente analizándolo, escribiendo el progreso de la relación, aunque fuese de forma resumida, porque ya imaginaréis la de cosas por las que se pasan en una relación de muchos años, especialmente la adolescencia, cuando se es tan influenciable.
    Os doy las gracias a vosotras por vuestra labor y por darnos esta herramienta. Ojalá ninguna os tuvisteis que sentir identificadas.
    Un besazo, compañeras.

    ResponderEliminar
  5. Gracias Luna, se me ha puesto la piel de gallina, me has hecho sentir tu dolor... Opino lo mismo, si necesitas ayuda pídela, no pasa nada :)

    ResponderEliminar
  6. Hola Luna, gracias por compartir tu historia. Conmovedora de principio a fin.
    La verdad es que al igual que tú, yo también tuve un inicio con el sexo un poco frustrante que me hizo replantearme si realmente era asexual porque no lo disfrutaba, ni era algo que necesitara ni me llamara la atención. Además, no lo hacía disfrutar, cosa que me hacía sentirme peor conmigo misma.
    Estuve un par de años escapando de las relaciones sexuales, hasta que conocí a mi actual pareja, con la que me sentí muy cómoda porque no me presionó ni lanzó ninguna indirecta de querer sexo hasta pasar unos cuántos meses. Luego también me reveló que había tenido una mala experiencia con el sexo con su ex y que temía no disfrutarlo. Al oírlo, me quedé incrédula y sin dar crédito a lo que estaba oyendo. Poco a poco, nos dimos cuenta de que nosotros dos si éramos capaces de darnos placer y nuestros miedos y temores se esfumaron con el tiempo.
    Tú dale tiempo al tiempo. Espero que mi consejo te ayude y que además, no tengas miedo de amar, ni te cierres a ello.
    Sé paciente, muy fuerte y sigue luchando por tus sueños.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares