Vergüenza

¡Felicidades, eres una mujer! No, mamá, solo estoy sangrando por el chumino. Mujer ya era antes. Bueno, no importa, tú esconde tus compresas y que nadie se entere. No tengo ganas de salir por la tarde… no me encuentro bien, lo que viene siendo sinónimo de amigas enfadadas porque quieres huir. Ten cuidado de no manchar nada. ¡Mierda, lo manchaste! Bueno, intenta que nadie sepa que has sido tú. No puedo salir de la cama, no me puedo mover, no puedo ir a clase… «Ayer me pasé vomitando todo el día, pero ya estoy bien». Sigue escondiendo tus compresas. Bueno, no follamos mientras tú tengas la regla, pero estaría genial que me hicieras una felación aunque tengas ganas de morirte. ¡FÉLAME, FÉLAME! Que no puedas disfrutar del sexo es tu culpa; yo no tengo que «sufrir» por ti. Os quejáis de vicio con eso de la regla. ¿En serio nunca te has puesto tampones? ¿Alergia, dices? JAJAJAJAJAJAJ, QUÉ COSA MÁS RARA. Joder, cómo se nota que tienes la regla, estás muy mimosa. Joder, cómo se nota que tienes la regla, no hay quien te aguante. Joder, cómo se nota que tienes la regla, no paras de comer. Mamá, no me atrevo a ir a comprar compresas. La gente me mira raro cuando compro compresas. ¡Escóndelas, escóndelas! ¿En serio follaste con ella cuando tenía la regla? Qué asco, ¿no? Bueno, mi polla en tu coño no entra si tienes la regla… Pero siempre queda el camino de barro. La regla es un castigo divino. Algo que sangra durante una semana todos los meses y no está muerto no puede ser bueno.

Es posible que esto te suene, sobre todo si tienes esa maravilla llamada «aparato reproductor femenino». Cuando te adentras profundamente en el feminismo crees que tienes superadas ciertas cosas. Pero no. En absoluto. Siguen interiorizadas, siguen grabadas a fuego en tu ser, y es muy difícil borrarlas. ¿Por qué os cuento esto?

Porque he descubierto que me avergüenzo de tener la regla.
Imagen de Emma Arvida Bystrom
Así, tal cual. La semana que viene iré a ver a mi novia después de estar separadas tres meses y yo no tengo nada mejor que pensar que seguramente me bajará para entonces. Y me avergüenza, me hace sentir mal, culpable. ¡Culpable de que mi cuerpo decida funcionar con cierta normalidad! Tiene ovarios la cosa y nunca mejor dicho.
En cierto modo, me hace sentir peor saber que está mal que me sienta así que el propio hecho de sentirme así. Mi cerebro me grita que no sea estúpida, que en absoluto es algo malo, que no pasa absolutamente nada por tener la regla y al mismo tiempo pasar unos días con la persona a la que amas. Me duele sentirme así. Muchísimo.
Pero releo lo que he escrito antes. Recuerdo cosas, tantas cosas. Y me digo a mí misma, ¿cómo no me voy a sentir así de mal? ¿Cómo? Lo raro, lo que se sale de la norma, es sentirse bien con ello. Nos educan para sentirnos avergonzadas de nuestro propio cuerpo, de nuestra propia naturaleza.
Quisiera gritar «¡basta!». Quisiera no sentirme culpable y ayudaros a no hacerlo. Quisiera normalizar y ser normalizada. Pero esto te aliena hasta el punto de no tener fuerzas para hacerlo.

Vivimos con una losa encima que nos asfixia, nos amortaja, hasta dejarnos sin aliento. Y yo hoy, me temo, me he quedado sin algo de voz.

Vitamina C

Comentarios

  1. Hace poco, pasé unos días también con mi novio, tengo la suerte de que éste es feminista y no actúa ni suelta las típicas frases que has comentado al principio. Pero me sentí profundamente avergonzada con algo tan simple como cambiarme la compresa, estando él cerca, al tener sexo, etc. Mientras a él le era indiferente que tuviese la regla, pues lo veía natural, yo estaba de los nervios, justo por eso, porque tenemos tan interiorizado que está mal, que por mucho que nos repitamos que es parte de los procesos de nuestro cuerpo, como cuando sudamos (otra cosa un poco estigmatizada) no logramos deshacernos de que tenemos que sentirnos avergonzadxs, inferiores me atrevería a decir, sucias quizás. Como nuestro caso, otros cientos. Gracias por esta entrada, te has quedado sin algo de voz, pero no sin toda, por ello te doy las gracias, por representar con ese trozo escondido de tu fuerza, el sentimiento compartido de todxs. Un abrazo.

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