No poder escapar.

"¿Qué haces con este puto sentimiento que te agarra y te da una paliza cuando menos te lo esperas? ¿Cómo recomponer tu cuerpo de una paliza que en realidad nunca te dieron? Es difícil"


Entró al baño y se desnudó. Como cada mañana antes de salir de casa se dio una ducha con agua caliente pero. Esta ducha no era como las demás, esa noche había vuelto a soñar con él, había vuelto a tener esa horrible pesadilla en la que no podía escapar, así que esa mañana la ducha duró horas.

Encendió la radio, se desnudó, entró a la ducha, abrió el grifo del agua caliente y lo puso sobre su pelo, fue notando como hasta la ultima micra de su cuerpo se humedecía por el agua después se dio cuenta de lo raro que sonaba la música con sus oídos llenos de agua. Se sintió muy cansada y decidió sentarse en la ducha. Con bastante torpeza consiguió sentarse y continuó con la alcachofa sobre su cabeza se abrazó a sus rodillas y comenzó a respirar de un modo frenético. La primera gota de agua salada brotaba de sus ojos, había vuelto a recordar que no podía escapar.

Se levantó de la cama, se colocó las zapatillas y caminó hasta el baño arrastrando los pies. Encendió la radio y se metió a la ducha sin dejar de pensar en el sueño de la pasada noche, sus ojos estaban siempre fijos al frente, sus labios dibujaban una triste linea curva que no se abría por nada del mundo. Sus manos sin fuerza se mantenían muertas, sin moverse ni un ápice y sus piernas parecían tener cada vez menos ganas de aguantar su peso. Nunca podría huir de él, al menos no así.

Abrió los ojos de golpe, el corazón estaba apunto de salirle por la boca, le costó tomar el primer aliento y los demás vinieron demasiado ahogados, de repente se le encharcaron los ojos y todos los músculos del cuerpo se le tensaron. Pasó unos minutos paralizada ante todo aquello, luchando por respirar con calma y procurando pensar que todo había sido un sueño. Finalmente se sentó en la cama y se impulsó con los brazos para ponerse en pié. Las piernas fallaron y calló de nuevo a la cama. Aún era pronto para olvidar aquel sueño.


Era verano, hacia un calor de este que se te pega a la piel, y solo llevaba un biquini de deporte y un pantalón corto. Estaba tumbada en el suelo de su cuarto mirando al ventilador y pensando en si sería posible contar las aspas de este en movimiento. De repente escucha el timbre y su madre abre, era él, estaba ahí, ella está contenta llevaba mucho tiempo sin verlo, baja a saludar y su madre ya no está. él tiene esa mirada que asusta y parece mucho más fuerte de lo que era antes. Un empujón la tira al suelo y el golpe en la cabeza hace que escuche un fuerte zumbido. Cuando vuelve a abrir los ojos el ya está encima y ella no puede moverse, ni hablar, solo está asustada. El primer golpe de lujuria la hace despertar. Le encantaría no estar viva ahora mismo.

Le da las buenas noches, pone el móvil a cargar, se acurruca junto a la almohada y se duerme con una sonrisa en la cara recordando todo lo que le dijo esa noche. 


Nunca sabes que te deparan los sueños antes de cerrar los ojos.
Pitusa

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