La dictadura de los labios rojos
¿Recuerdas el primer set
de maquillaje que te regalaron? Yo sí, sé que no fue con ninguna mala
intención, pero creo que ahí empezó todo.
Durante toda mi infancia
veía como las mujeres de mi familia [el maquillaje no es cosa de hombres por
supuesto, eso también me quedó claro desde pequeña] se maquillaban cuando había
alguna fiesta, alguna reunión o porque quisieran estar “más guapas” ese día en
concreto.
Tenía unos 13 años
aproximadamente cuando me maquillé yo sola por primera vez, aquella débil y
torcida línea negra en mis ojos despertó algo. Las demás personas me decían lo
guapa que estaba maquillada, me daban “trucos de belleza”, me aconsejaban como
hacerlo mejor….
Todo eso que empezó como
algo “normal” en la adolescencia de cualquier mujer [entendamos aquí el término
mujer como aquel cuerpo que responde a las características que la sociedad
asocia a las mujeres] pero se acabó transformando en mi máscara.
Durante más de 10 años
jamás fui capaz de salir ni a comprar el pan sin maquillar, por lo menos esa
primera línea negra debía de estar allí.
Afortunadamente llegaron
situaciones, lecturas, vídeos, manifiestos, imágenes y personas que hicieron
click en mi cabeza, ¿Cómo puede ser posible que no sea capaz de verme guapa sin
un montón de productos en mi cara?, ¿Cómo puede depender mi autoestima de una
barra de labios?
El maquillaje no es el
demonio, no me entendáis mal, lo que está mal es que la sociedad nos enseñe que
las mujeres debemos cubrir nuestra cara con un montón de potingues para estar
“presentables” …
Decidí cambiar esto, y
como todo en la vida, es más fácil aprender que desaprender… A día de hoy me
sigue costando verme al espejo sin mi raya de ojos que los hace más grandes [o
eso creo ilusamente yo], salir de casa sin polvos bronceadores que le den más
color a mi cara, verme al espejo por las mañanas y decirme lo PRECIOSA que
estoy yo recién levantada…
No voy a renunciar al
maquillaje, pero no voy a depender más de él, no voy a dormir 15min menos todos
los días para “arreglarme” antes de salir de casa, no voy a apartar mi mirada
del espejo nunca más.
Porque yo soy fuerte,
valiente, trabajadora, luchadora y preciosa, lleve o no lleve eyeliner.
Y VOSOTRAS TAMBIÉN!
Lilácea
Se habla poco de estos tipos de violencia, y es muy importante visibilizarlos :) ánimo en tu lucha !
ResponderEliminarGracias! Poquito a poquito! Espero que a muchas les valga para darse cuenta de que un eyeliner no cambia nada en ti, miles de besos! :)
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